" Muy pronto, las huellas se convirtieron en palabras y las palabras, en recuerdos. Los niños sonrieron al Duende y al Robot, porque aquellas palabras contaban su historia. Luego, volvieron la vista atrás para mirar el camino andado. Entonces, se emocionaron al descubrir que, también ellos, dejaban sus propias huellas sobre las páginas del libro. Unas iban paralelas a las que había trazado el autor; otras, se cruzaban en direcciones distintas. De cada palabra salían muchos otros caminos que podían encauzar la historia por rumbos diversos. Y todos aquellos caminos tejían un Laberinto de Palabras, que vivían en el Laberinto del Tiempo. A los niños les entusiasmó el Laberinto de Palabras; porque en él cada uno podía inventar su propio camino, que le conduciría a una de las infinitas salidas. "
Tano en la frontera del tiempo (f) Fernando Alonso
Que pases unas cuantas tardes dulces allá donde vas.
ResponderEliminarBesos
El sábado compré la revista del ateneo que dedica el número a la poesía catalana de los últimos 25 años....
ResponderEliminarHe estado unos días sin ordenador pero he aprovechado para otras cosas... aunque hoy, ya veis que horas... será adicta?.
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