19/4/08

Caminando

Mientras el agua de la ducha le resbalaba por todo su cuerpo, llevandose el jabón y las lágrimas, se dio cuenta entre sollozos, que en cada uno se le iba parte de su vida, como mujer, como madre, como hija, como esposa, como amante, y que ya poco le quedaba, tan solo su desnudez. Miró hacia abajo y vio entre una niebla húmeda como todo su pasado vivido tan intensamente se le escapaba por el desagüe, dejándola una sensación de vacío y fracaso. Secó su cuerpo, miró el espejo y vislumbró el inicio de la decrepitud. Respiró hondo y se dijo que ya nada podía hacer, que la cuenta atrás había comenzado. Se había comprometido con su destino y tenía que cumplir su cometido, hacerles sonreir cada día... y para ello primero tenía que reir ella; esbozó una mueca que se tenía que parecer a una sonrisa, pero nada, le faltaba entrenamiento... tantos días llorando.

Acarició todo su cuerpo con crema en las manos y recordó otras manos en ese cuerpo... pero no quiso pensar más; se vistió, dejó el móvil en casa y se fue a caminar. El sol primaveral cayendo en la tarde entre los árboles le dibujó una sonrisa. Bien, se dijo, y poco a poco notó como iba echando lastre sintiéndose más ligera a cada paso. Sin cargos, sin prisas, sin culpas -¿sería eso posible?-...

Comenzaba una nueva etapa, a ser solamente.... persona. Al fín.

4 comentarios:

  1. Convienen esos baños sanadores, si son la puerta a la nueva etapa, esa de ser persona (entiendo que sin lastres).
    Un abrazo

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  2. Te dejo un trocito de la novela de Doris Leasing "De nuevo el amor". Si me dejas puedo regalártela para tu cumpleaños.
    Dice así la protagonista Sarah, una mujer madura, que se mira en el espejo y hace una descripción muy pormenorizada:
    ".... y luego, de repente, la caída en el abismo, que la convertía en algo así como uno de aquellos paisajes en que cataclismos subterráneos habían hecho salir a la superficie docenas de estratos, cada uno creado en épocas inmensamente distantes y hasta entonces separado de los demás, revelando montañas formadas por rojo de rocas, verde de olivo, turquesa, limón, rosa y azul oscuro, todas en una sola cordillera....
    En la luz, afortunadamente, menguante en la que ella iba moviendo distintas partes de su anatomía, su cuerpo se veía tierno, cómodo, y sus brazos eran de los que abrazan fácilmente a aquellos que necesitan abrazos...."

    Me lo hiciste recordar,
    Buen domingo,
    un beso
    Jesús

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  3. Muy bonito Jesús. Un poco es eso, justamente.
    Y claro que te dejo, empiezo a volver a leer.
    Tesa, entiendes bien, aunque quizá debiera haber puesto mujer, pero no, creo que antes soy persona.

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